jueves, 25 de julio de 2013

¿POR QUÉ DEJAN DE COMER LOS NIÑOS?

Esta mañana comentaba con una amiga que ella estaba preocupada porque su niña de cuatro años llevaba unos días sin comer apenas. La niña solo quería galletas, helado y yogurt. No quería “comida” a pesar de decir tener hambre.
Las ideas de mi amiga y las mías sobre crianza tienen matices parecidos pero formas diferentes. Cada uno educa y cría como quiere y puede, eso de entrada. Ella estaba agobiada por este hecho y después de varios minutos al teléfono no sé si le ha servido hablar conmigo o no.
He intentado trasmitirle lo que yo pienso cuando mi hijo de edad similar hace algo que llega a preocuparme; no comer de todo, no dormir,… y que tras haber leído mucho a Carlos González en “Mi niño no me come” y a Rosa Jove en “Dormir sin lágrimas” me han ayudado a tomarme con más calma, que no menos preocupación, esto de la crianza.
A mí me ha dejado o reafirmado algunas cosas que ya sabía; CUANDO UN NIÑO DEJA DE COMER ES POR ALGO.
Puede ser este calor aplastante que a los adultos nos deja agotados e inapetentes; ¿si a nosotros se nos quita el hambre, porque a los niños no?
El cambio de rutina, se acaba el cole, cambio de horarios y actividades, empezar actividades nuevas a veces en sitios nuevos (campamentos urbanos, abuelos, etc.) puede hacer que el niño se descoloque y lo acuse con la comida.
Nuevos hermanos, bien recién nacidos o algo mayores que comienzan a hacer gracia. Lo que suele llamarse celos o pelusa, que para mí es algo tan lógico como la necesidad de aceptar algo nuevo. Si ese niño que antes tenía toda la atención deja de tenerla por un hermano y además ya no hay cole, y la única forma de que sus padres le hagan caso es “portándose mal” o dando “problemas con la comida”, es normal que lo haga, es decir; cuando estoy entretenido o jugando no me hacen caso porque están pendientes de mi hermano, yo quiero y necesito que me lo hagan, así que ¿cómo llamo su atención?
O un cumulo de cosas.
Si un niño sano; sin problemas de salud, con energía y que sigue jugando, riendo, corriendo, etc. deja de comer, busquemos un motivo. Seguramente está pidiendo más atención en exclusiva, más estar pendiente de él, más estar.
Preguntémosles, dediquemos un tiempo en exclusiva a ellos (cada uno de los adultos), pongamos palabras a sus sentimientos y ayudémosles a encontrar otra forma de expresarlo.
Porque se nos olvida que los niños necesitan sentirse queridos, protegidos y que a pesar de los cambios nos siguen teniendo. Y si a las buenas no lo logran, lo harán a las malas.
¿No lo haríamos nosotros igual?