miércoles, 11 de septiembre de 2013

BAILAR, BAILAR

He bailado desde los diez años, desde danzas regionales a contemporáneo, jazz, funky...

Cuando me quede embarazada de mi mayor bailaba en un grupo de danza contemporánea que trabajaba desde la improvisación.

Para mi bailar siempre ha sido lo primero. Lo que me llenaba y daba energía, me ayudaba a desconectar.

Cuando me quede embarazada bailé al principio, hasta confirmar el positivo. Luego a mi pareja le dio miedo y no volví.

Después del parto descubrí que mi hijo me necesitaba mucho, muchísimo, de día y de noche. Así que entre su necesidad, el trabajo y mi agotamiento no volví hasta mucho después. Y cuando pude hacerlo tampoco de forma continua.
Así que cuando me quede embarazada y me dieron pronto la baja laboral, volví a bailar.

Necesitaba bailar, mi cuerpo me lo pedía, necesitaba la música y el movimiento para volver a conectar conmigo y mi bebe.

Al principio no me situaba, la colocación de mi cuerpo había cambiado y me costaba colocarme bien. Además la zona de la pelvis me dolía y me limitaba un poco.

Pero poco a poco mi cuerpo encontró su sitio y pude disfrutar de la musica, del movimiento, de bailar.

Bailaba sintiendo mi cuerpo y sintiendo a mi bebe. Ella siempre estaba tranquila mientras bailaba y también después.

He bailado con mis hijos dentro y fuera. Porque bailo para dormirlos, para que estén tranquilos, cuando estamos contentos. Mi cuerpo baila.

Y esto ha hecho que tengan una conexión especial con la danza. Mi hijo baila cuando oye música que le gusta y los dos se quedan asombrados y maravillados al ver bailar.

Y volveré a bailar. Antes o después, sola o acompañada retomare las clase. Mientras, sigo bailando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por comentar, así el blog se hace más rico e interesante.

Se eliminará cualquier comentario que lleve spam, publicidad, palabras malsonantes o cualquier otra falta de respeto.