lunes, 30 de septiembre de 2013

MI CRIANZA


La crianza de mis hijos me está llevando por nuevos espacios. 

Espacios donde me siento cómoda y ponderada, sin dudas cuando alguien me pregunta, ya que la información que tengo y mi experiencia hacen que no tengas dudas.
La lactancia y el porteo han sido para mi dos grandes descubrimientos.

Dar el mejor alimento que puedo darle y llevarlos siempre cerca es lo que mi instinto me dice. Y mi instinto siempre me hace buscar la información suficiente para aclarar cualquier duda.

Con mi mayor acudí a grupos de lactancia buscando información, y sobre todo apoyo, en la a veces, dura experiencia de la maternidad. 
Con mi peque voy a los mismos grupos para dar mi apoyo a nuevas madres.

Con mi mayor busque y me informe sobre las mejores formas de porteo, con la peque la gente me para por la calle a preguntar.

La experiencia me ha dado mucho. Y mi mayor me ha enseñado, y cada día me enseña algo nuevo. 

Posiblemente si mi mayor no fuese tan intenso, inquieto, emocional... yo no sería la madre que soy hoy. Sería una madre diferente.

La peque lleva mucho de ventaja, ya que su mama conoce cada fase, cambio, posible momento... y cuenta con la experiencia y algunas herramientas para gestionarlo. Aun y todo ella me enseña la calma y la felicidad.

Por eso mi maternidad me ha trasformado y dado tanto que necesito trasmitirlo a los demás. 

Por ello mi necesidad de un blog (ahora también twitter y facebook), de acudir a cada encuentro de madres lactantes y a implicarme más en todo este mundo. 

Estoy creciendo, aprendiendo y cambiando gracias a mis niños. Porque ellos me están enseñando a sacar lo mejor y cambiar lo peor.
Porque aprendemos de la mano y hacemos el camino juntos.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

MAMA CANGURO

Porteo, ¿qué es eso? Yo no tenía ni idea de que era eso cuando me quede embarazada. Los niños iban en carro o silleta y ya.

Hasta que empecé a curiosear por los derroteros de Rosa Jove y Carlos Gonzalez, autores de varias publicaciones sobre la crianza y el apego.

Y me empezó a gustar la idea de llevar a mi bebe pegadito.


Pero a pesar de todo y como no era plan de que pasase todo el tiempo aupa, compramos silleta-capazo-cuco, todo en tres de segunda mano, que no estábamos por gastar ese pastizal que valen nuevas.

También pedimos un portabebe a unos amigos de regalo. ¿cuál? Ostras, con todos los que hay... No se...
Investigue un poco y opte por una bandolera.

Y entonces nació mi mayor. Un mes antes. Chiquitin chiquitin y con una necesidad imperiosa de estas aupa.
Yo me esforzaba por que durmiese en la silleta-capazo-cuco. Lo cogía y volvía a tumbar. Obvio que nada más notarlo se despertaba. Eso de ir tan lejos de mami no le gustaba.
En casa pegado a mi y fuera también, así que más de una vez iba con el bebe en una mano y la silleta en otra.

Probé la bandolera pero no me hallaba, había mucha tela para mi bebe chiquitin y no le encontraba el truco. Así que me compre otro portabebe, a caballo entre un fular y una mochila y encontramos la forma de ir a gusto los dos.

Mi mayor creció y llego el verano, así que pasamos a la bandolera que era más fresquita  (no mucho más) y mi grande podía cotillear más.

Y siguió creciendo... Y todo el peso en un hombro me dejaba hecha polvo. Así que aproveche y me cogí una mochila ergonómica.
La usamos mucho. Combinándola a veces con la bandolera.

Y llego el verano, el calor, ... Y un bebe que ya andaba, y quería explorar y estar aupa a veces. 
Y como la bandolera que tenía también era calurosa, comprobado el primer año, descubrí una bandolera de red, muyyyyy chiquita que era ajustable y cabía en el bolso. Y me la cogí.

Hemos usado muchos portabebes diferentes según lo que íbamos necesitando. 
He porteado a mi mayor hasta embarazada de mi pequeña. 

Y lo sigo haciendo.
De hecho, mi pequeña no ha ido en silleta-capazo nunca. El capazo lo usamos en casa, muy poco rato, cuando no puedo tenerla aupas , y el cuco (o grupo 0) en el coche.

Y me han regalado otra bandolera y un fular para ella. 

Y sí, soy una mama canguro. Llevo a mis peques pegados porque ellos son felices y a mi me facilita las cosas. (Me ha tocado jugar con el mayor mientras la peque tomaba teta, y es más fácil si esta en un portabebes.)
Y la silleta, para cuando no estoy yo o su padre, o ahora el mayor que la pide por gusto, o para llevar la compra,... que también va bien.

Y en la calle me han hecho comentarios de todo tipo, desde "que bien va" a "no se caerá?" y me han parado a preguntar donde los he comprado o como se ponen, han cuchicheado y me han mirado... Y yo y mis niños tan felices.

Puede ser complicado al principio, es importante informarse, por que no vale cualquier cosa (cuantas veces me dan ganas de parar a algunos padres...) y saber que puede ser lo mejor.

Hablamebajitomama ha creado una guía de porteo muy sencilla que puede ayudar.

Y redcanguro tiene mucha información sobre porteo.

Porque es importante portear, y portear bien.

Yo suelo contestar preguntas cuando me las hacen y como mucho recomendarlo a conocidas y amigas. 

He prestado y pasado mis portabebes a amigas para que los probasen y usasen un tiempo. 

Porque para mi donde mejor esta un bebe es pegadito a su mama (papa, abuel@, ti@...)

martes, 17 de septiembre de 2013

DE MÉDICOS

Llevamos una temporada de médicos.

Nada grave y si pruebas molestas y dolorosas para un niño de tres años.

Mi mayor esta conociendo las extracciones de sangre, placas y otras pruebas del estilo. Y no, no le gustan.

Es un niño que vive todo de forma muy intensa. Así que ahora el miedo le sale por todos los poros. No quiere y se resiste. Mucho.

Hemos hablado, explicado y vuelta a contar cada paso y cada prueba, para qué y porqué. Le acompañamos y cuidamos que todo sea con calma, con nosotros. Pero le da igual, él solo quiere marcharse de allí. Da igual lo que le digamos y como lo hagamos.

Y con todo esto nos hemos encontrado de todo en el campo médico; desde pediatras y enfermeras respetuosas que me han preguntado si pueden hacer algo y me han dejado hacer, a otros que intentan chantajear, asustar, meter prisa, ...
Señoras, señores, es un niño, un niño con mucho miedo. Todo eso sólo lo complica.

Y yo me planteo que los médicos de los niños, que tratan con ellos a diario y en ocasiones con procedimientos desagradables y dolorosos, a veces no saben tratar con niños. Y yo me pregunto, ¿porqué entonces trabajan con niños? No lo entiendo.

¿Por qué algunos nos tratan a las madres como incompetentes que no saben manejar a sus hijos y no ven que muchas veces sus intervenciones lo empeoran?

¿Por qué trabajan con personas si a veces no saben tratarlas?

Y se que hay buenos profesionales, con empatía y buenas formas, pero también los hay malos, y estos por desgracia, dejan huella.

Sr y Sras doctores entiendo y respeto que mi hijo este asustado y que tenga miedo, por eso no es malo ni caprichoso.

No, no voy a gritarle o enfadarme por que no quiera que alguien que no conoce vaya a hacerle algo sin ni siquiera decirle qué.

No voy a amenazarle ni chantajearle por no hacerme caso cuando tiene miedo.

Todo esto no implica que no me preocupe o que le deje hacer lo que quiera, sino que respeto y valoro sus sentimientos. Y lo aeguire haciendo.

Quizá habria que plantearse cambiar protocolos de tiempos y formas en lugar de pretender cambiar a los niños. Los cuales ni saben ni entienden muchas veces que pasa.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

BAILAR, BAILAR

He bailado desde los diez años, desde danzas regionales a contemporáneo, jazz, funky...

Cuando me quede embarazada de mi mayor bailaba en un grupo de danza contemporánea que trabajaba desde la improvisación.

Para mi bailar siempre ha sido lo primero. Lo que me llenaba y daba energía, me ayudaba a desconectar.

Cuando me quede embarazada bailé al principio, hasta confirmar el positivo. Luego a mi pareja le dio miedo y no volví.

Después del parto descubrí que mi hijo me necesitaba mucho, muchísimo, de día y de noche. Así que entre su necesidad, el trabajo y mi agotamiento no volví hasta mucho después. Y cuando pude hacerlo tampoco de forma continua.
Así que cuando me quede embarazada y me dieron pronto la baja laboral, volví a bailar.

Necesitaba bailar, mi cuerpo me lo pedía, necesitaba la música y el movimiento para volver a conectar conmigo y mi bebe.

Al principio no me situaba, la colocación de mi cuerpo había cambiado y me costaba colocarme bien. Además la zona de la pelvis me dolía y me limitaba un poco.

Pero poco a poco mi cuerpo encontró su sitio y pude disfrutar de la musica, del movimiento, de bailar.

Bailaba sintiendo mi cuerpo y sintiendo a mi bebe. Ella siempre estaba tranquila mientras bailaba y también después.

He bailado con mis hijos dentro y fuera. Porque bailo para dormirlos, para que estén tranquilos, cuando estamos contentos. Mi cuerpo baila.

Y esto ha hecho que tengan una conexión especial con la danza. Mi hijo baila cuando oye música que le gusta y los dos se quedan asombrados y maravillados al ver bailar.

Y volveré a bailar. Antes o después, sola o acompañada retomare las clase. Mientras, sigo bailando.

viernes, 6 de septiembre de 2013

Y VOLVEMOS AL COLE


Ayer comenzaron de nuevo el cole.

Mi mayor se paso el día anterior nerviosito, tan nervioso que no paraba de enfadarse y llorar. 

El verano lo ha pasado preguntándome cuando empezaba, y es que ha acabado aburriéndose.

Es un niño con mucha energía, que ahora juega a correr y saltar, y yo, con una bebe en portabebe tenía difícil seguirle.
Así que ayer empezó feliz, saltando, bailando y muy contento.

Yo no me lo creía.

Nos costo mucho la adaptación el año pasado, de hecho, hasta el final yo tenía que entrar con él, esperar un ratito y dejarle en contacto con la profe. Igual le paso el año anterior en la escuela infantil.

Tuvimos suerte con la tutora, que es un sol y lo acogió y acepto su ritmo desde el principio.

Hubo días que no quiso ir, días de quedarse triste, días que salía muy enfadado... Y alguno en que estaba contento y con ganas. Me decía que prefería quedarse conmigo que ir.

Al principio la adaptación fue complicada, por que además de clase tenía que quedarse a comer y un ratito en la guarde a la mañana, y lo llevo muy mal.

Yo me quede embarazada y por suerte en diciembre me dieron la baja, todo mejoro. Yo le dejaba y recogía en clase.

No fue por la tarde más que un mes en todo el curso. Al principio por que necesitaba su siesta, pero luego, prefería no ir. Y lo respetamos.

En abril, al nacer su hermana, volvimos un poco atrás. Le costaba quedarse, no quería ir...

Y así pasamos el curso. 

Ver que este curso empieza contento, con ganas y quedándose a gusto me hace pensar que el tiempo que necesito el año pasado por todos los cambios y el confiar en su ritmo a ayudado.

Quizá en unos días cambie, quizá siga contento. Sea como sea estaremos con él, a su ritmo y con sus necesidades. Entendiendo que su ritmo es así y necesita tiempo para hacerse a las nuevas experiencias.

martes, 3 de septiembre de 2013

SI, ACABAN DURMIENDO



Una de las grandes preocupaciones de las mamas y papas, y especialmente las primerizas, es el sueño de sus hijos.

Para mí fue mi caballo de batalla con mi hijo mayor. Mi preocupación y angustia, unidos a mi sueño permanente y agotamiento una  vez empecé a trabajar, hicieron que leyera y buscara soluciones para que mi hijo durmiese más y mejor.

Mi niño nació prematuro, y lo digo porque creo que parte de su forma de ser viene influenciada por este hecho y por estar cuatro días separado de sus padres. Y añadimos a esto su alto nivel de demanda, con rasgos de niño de alta demanda, que no etiquetaré ya que no soy partidaria de ello, pero sí.

Yo partía de la base de que los niños saben dormir, se duermen solos (con alguna musiquita o móvil) y que duermen mucho. Estando embarazada tuve la enorme suerte de poder acudir a una charla de Rosa Jove sobre el sueño, y ahí muchos de mis mitos cayeron.

Aun y todo decidimos que nuestro bebe durmiese con nosotros en su cuna, levantándome yo para darle pecho y que en algún momento le pasaríamos a su habitación.
Bueno, pues nada fue como esperábamos.

Teníamos un bebe muy sensible y demandante. No se dormía solo, no le gustaba el capazo ni la cuna. Esto a pesar de que lo primero que conoció al nacer fue una cuna, dormirse sólo y tener a su mama y su teta unos ratos al día, o quizá por esto mismo, cuando comprobó que mama y papa ya no se iban empezó a recamar lo que necesitaba.

Mi hijo siempre ha necesitado mucho contacto, mucho contacto y mucha teta. Y esto hizo que tuviésemos que cambiar nuestra mentalidad y adaptarnos a sus necesidades.

Durante tres años cuando lograba que mi hijo se quedase dormido, fuese de día o de noche, yo me quedaba con él. Si me movía de su lado se despertaba, pudiendo llegar a desvelarse y eso sí que era desesperante porque volvíamos a empezar. Además durante su primer año, necesitó que en cada micro despertar nos levantásemos a pasear, dos, cuatro, seis,… veces cada noche.

Tres años donde la teta fue nuestra gran aliada que nos ayudaba a quedarnos dormidos, sí, a los dos. Y que a veces, para desesperación mía, tenía que quedarse largos ratos en la boca de nuestro niño.

La hora de dormir siempre tenía que ser algo sin premeditación. Es decir, si llegar a decir “vamos a dormir” porque entonces la resistencia era mayor. Mi hijo se quedaba dormido en la teta en el salón, y una vez dormido lo llevaba a la cama.

Yo he trabajado fuera de casa desde que él cumplió el año y ha habido días en los que no habría dormido más de cuatro o cinco horas, y no del tirón, y tenía que rendir como si hubiesen sido ocho. Muchas veces me decían que no sabían cómo aguantaba, yo se que pensaban que” cómo no hacía algo” y yo lo tenía y tengo claro; no es mi hijo quien no me deja dormir, si no el tener que ir a trabajar” si no tuviese que hacerlo o pudiese ajustar mi horario más descansada hubiese estado.

Se supone que las fases del desarrollo del niño pueden alterar su sueño, que cuando salen los dientes pueden estar molestos y que también les afecte,… en el caso de mi hijo era una alteración constante (le empezaron a salir los dientes a los cuatro o cinco meses y para el año tenía todos, a los nueve meses comenzó a andar y gatear, al año corría,…).

La tensión permanente de mi hijo a la hora de dormirse y su resistencia me hacían pensar que algo pasaba, algo hacía que mi hijo no pudiese relajarse. Yo siempre he considerado que los primeros días del bebe son fundamentales para él, en el caso de mi hijo los pasó sólo en neonatos, y siempre he creído que le habían marcado.

Así que acudí a una especialista, me mando unos ejercicios que han ayudado a que mi hijo se relaje. Al mes de comenzarlos notamos diferencias, pasamos a dormir en su cuarto (los dos) y a su cama.

Hoy se duerme con ese masaje. Duerme toda la noche seguida, excepto algún despertar por sed, pesadillas, dolor, o algo así. Duerme doce horas por la noche y ya no hecha siesta. Nos costó, pero hemos conseguido tranquilidad y calma para todos.

Lo único que hemos hecho ha sido seguir su ritmo. El hecho de los masajes nos confirmó que había algo que no dejaba que se relajase, no es un sistema para dormir, ya que la relajación se ve a más niveles.

Todos los niños acaban durmiendo toda la noche y acaban durmiendo solos. En mi casa, se sigue y acompaña su ritmo. 

Ahora duermo con dos, con cada uno de mis hijos a cada lado. Por comodidad, por interés, porque nos gusta y nos apetece. Y sé que llegará el día en que no me necesiten más, y entonces estoy segura que me dará mucha pena, así que mientras aprovechare el tiempo y su sueño.